CNN — En toda África, y en la pequeña nación de Eswatini, ha estallado la indignación por la llegada de deportados extranjeros de Estados Unidos, después de que su gobierno confirmara que migrantes descritos por un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional como “monstruos depravados” habían sido enviados a sus prisiones.

Con un tamaño similar al de Nueva Jersey, Eswatini —antes conocida como Suazilandia— está gobernada por un monarca con poder absoluto. El miércoles, las autoridades informaron que cinco deportados estadounidenses se encontraban recluidos en unidades aisladas en sus cárceles, reconociendo la “preocupación generalizada”, pero insistiendo en que los deportados “no representan una amenaza para el país ni para sus ciudadanos”. La deportación, según un comunicado del portavoz interino del gobierno, Thabile Mdluli, fue el resultado de meses de sólidos diálogos de alto nivel entre Estados Unidos y la nación sudafricana.

Los críticos de la medida afirman que es inaceptable que Eswatini sea tratada como un vertedero para personas consideradas no aptas para vivir en Estados Unidos.

Presión de EE.UU. sobre países africanos

Si bien las deportaciones masivas de la administración de Trump a las cárceles de El Salvador han sido noticia mundial, la Casa Blanca también ha intentado discretamente llegar a acuerdos con varios países africanos para que acepten a deportados originarios de otros países. La agresiva represión migratoria del presidente Donald Trump se ha topado con obstáculos logísticos, ya que algunos países se niegan a aceptar a sus ciudadanos o lo hacen solo de forma limitada.

Continue..