CNN Español —  “Estaba enfermo, tenía frío, y nadie le daba atención médica”, así es como María López asegura que su padre, un hombre de 70 años, pasó una semana recluido en el Centro de Procesamiento de Krome, en el sur de la Florida, donde el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) está enviando a muchos inmigrantes. “Lo dejaron afuera, en el patio, hasta las 4 de la mañana por falta de espacio. Sin comida, sin zapatos y durmiendo en el suelo con 40 personas”, relató la mujer a CNN durante una protesta de familiares de detenidos.
Lo que cuenta López se suma a decenas de videos y testimonios grabados dentro de las instalaciones, que han puesto en alerta a la comunidad. Según las denuncias, el hacinamiento, la falta de atención adecuada y el trato inhumano en ese centro de detención están afectando a cientos de inmigrantes que esperan su deportación.
La organización Americans for Immigrant Justice (AI Justice) presentó un informe ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas documentando graves abusos contra los derechos humanos en Krome. Basado en testimonios directos, el reporte describe condiciones degradantes e inhumanas, como “el confinamiento de inmigrantes en celdas con hasta cinco veces su capacidad, sin acceso a camas ni cobijas, bajo luces fluorescentes constantes y en condiciones insalubres”. También se denunciaron traslados en autobuses durante la noche, con “personas esposadas junto a baños desbordados”, falta de atención médica urgente y obstáculos para comunicarse con familiares o abogados.
Durante las últimas semanas, decenas de personas, familiares de los detenidos, se han congregado fuera del centro de detención, exigiendo mejores condiciones.
Ante esta situación, la alcaldesa del condado Miami-Dade, Daniella Levine Cava, envió el pasado 3 de abril una carta a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, pidiendo una revisión urgente de las condiciones del centro y exigiendo una intervención federal.
El Centro de Detención Krome, ubicado en el suroeste del condado de Miami-Dade, Florida, abrió sus puertas en 1980 con el objetivo de albergar a refugiados cubanos y haitianos. Sin embargo, con el paso del tiempo, su función se ha transformado: hoy opera como un centro de detención migratoria bajo la jurisdicción de ICE, donde se retiene a personas de múltiples nacionalidades mientras enfrentan procesos de deportación o solicitudes de asilo. Actualmente, aunque Krome tiene una capacidad para albergar a cerca de 600 reclusos, cuenta con más de 670, según los datos más recientes de ICE.\

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